sábado, 3 de marzo de 2012

La naturaleza del hombre

Quien aplicó las leyes físicas, la química, la biología o cualquier tipo de ciencia experimental al hombre, sepan ustedes que nos engañó. El ser humano es inmune a todas esas teorías científicas. No está hecho ni de carne, ni de hueso... Está hecho de deseos y de anhelos, ¡Ni siquiera de sueños! Porque un sueño es efímero y fugaz y cumplido o no, no pasa de ser un sueño. Los deseos sin embargo pesan, se cargan a la espalda y se camina torpemente con ellos. ¡Pero aún más pesados son los anhelos! El hombre anhela lo que desea por no tenerlo, y anhela el pasado o las cosas que tuvo por haberse acabado. En el fondo el ser humano, es el individuo más inadaptado al cambio, se atasca en un tiempo pasado o futuro que, evidentemente, no es el suyo. Y he aquí el por qué de tanta frustración y desilusión.
Por favor, una recomendación les hago: no sean ustedes como el ser humano. Sean más listos si cabe. No carguen sus espaldas con "ojalá", "espero", "me gustaría esto" o "me gustaría aquello", "echo de menos, tal", "echo de menos cual"... Sin ser irracional ni cabezota, que tampoco es bueno, aprendan a asumir que hay cosas que se acaban porque otras empiezan, que hay cosas que se van porque otras llegan, y lo último que les digo y no es síntoma de pesimismo, reconozcan que hay asuntos que no alcanzamos por más que queramos.


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